Con ideas ingeniosas para organizar los espacios y amueblarlos se pueden arañar metros de donde parece imposible. Pero además, con los acabados, los materiales o la iluminación, es posible mejorar la percepción del espacio y conseguir que una casa pequeña no resulte agobiante, sino despejada y cómoda para vivir.
La sensación de espacio no es cuestión de metros cuadrados. La manera de distribuir los ambientes tiene mucho que ver con el partido que se les saque, pero sobre todo, en cómo se perciban. Con estos consejos se puede mejorar la impresión visual y aprovechar al máximo la superficie disponible.
1-Evitar obstáculos. Un espacio despejado y lo más diáfano posible parece más amplio. Además, la ausencia de obstáculos permite aprovechar y vivir la casa por completo, sin rincones residuales ni zonas vacías sin un uso práctico.
2-Separar sin cerrar. Recurrir a elementos que separen pero que no cierren, como tabiques a media altura, paredes exentas o paneles de vidrio.
3-Continuidad. Empeñarse en tener muchas habitaciones cuando una casa es pequeña es el principal error a evitar. Es obvio que cuantos menos cuartos haya más grandes serán, pero si, además, se mejora la comunicación visual entre ellos, la casa parecerá más grande.
4-Eliminar puertas. Prescindir de ellas donde sea posible y ampliar sus vanos a lo ancho y alto, y también abrir huecos –con o sin ventana– para cruzar las vistas entre unas estancias y otras, es siempre una excelente propuesta.
5-Alargar las perspectivas. Se trata de que, al primer golpe de vista, se logre una perspectiva lo más profunda posible del interior, para que los ambientes, sin límites definidos, continúen unos en otros. De esa manera, se tiene la sensación subjetiva de que el espacio se prolonga.
6-Ordenar los ambientes. Los obstáculos estructurales como pilares o muros, o los desniveles del suelo, pueden servir también para definir zonas.
